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La Constitución japonesa: La Pacífica

Japón, junto a la Alemania nazi, fue el gran perdedor y damnificado del desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki dejaron un paisaje desolador y un futuro incierto para el país asiático. 

Los japoneses vieron con resignación como los Estados Unidos asumían el control de sus instituciones políticas y sectores económicos y empresariales de posguerra hasta realizar una “purga” suficiente como para evitar volver al Japón expansionista. Entre las muchas exigencias impuestas por los norteamericanos estaba la redacción y aprobación de una nueva Constitución japonesa: La Pacífica.

Redacción de una nueva Constitución japonesa

La Pacífica, conocida como la Constitución japonesa de 1947, está formada por 103 artículos que dictan las leyes por las cuales debe regirse el ordenamiento jurídico del archipiélago nipón. Situada en la cúspide del del marco legal japonés establece y regula las reglas del juego, relaciones entre diferentes partidos y entes políticos y, por encima de todo, no puede se contradicha por ningún otro tipo de ley o sentencia.

Con esta nueva Constitución japonesa de posguerra quedaron desterrados todos aquellos vestigios y reminiscencias de la sociedad feudal japonesa. El inicio de un nuevo sistema democrático plasmado en la siguiente declaración: la soberanía nacional debe recaer en el pueblo japonés y no estar en manos del emperador como así dictaminaba la antigua constitución Meiji de 1889.

Soldado Segunda Guerra Mundiall

El fina de la Segunda Guerra Mundial supuso la creación de una nueva constitución para Japón

Imposición por parte de los Estados Unidos

Hoy en día, aún hay muchos veteranos japoneses que creen que la Constitución de Japón de 1947 fue una imposición de los norteamericanos en un contexto socioeconómico de derrota. Una clara sumisión japonesa a los aliados y vencedores de la guerra. Según dicen, durante los meses posteriores al fin de la contienda se “vendió” la nueva carta magna como una reforma cuando, de hecho, no era más que una nueva constitución.

Lo único que se mantenía era la figura del emperador como símbolo del país asiático. A sabiendas de la importancia que los japoneses otorgaban a su emperador, los americanos hilvanaron una estrategia basada en la real politique o “política de equilibrios” para ahorrarse tener en contra la población del país asiático.

El preámbulo de la nueva Constitución de Japón

Si os pica la curiosidad y queréis profundizar un poco más sobre aspectos legales que atañen a la sociedad japonesa os remito a leer el preámbulo de la constitución de 1947. En él queda patente el rechazo hacia el antiguo gobierno imperial y, al mismo tiempo, se acusa a la figura de emperador como el principal artífice y promotor de las barbaries provocadas por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

Toda una declaración de intenciones, ¿No?. Con esta primera parte queda patente la intención de los Estados Unidos de dar comienzo a un nuevo orden democrático basado en la soberanía popular y que, a su vez, consiguiera desterrar el afán expansionista del Japón de principios de siglo XX. El principal objetivo de los americanos, con el general Douglas MacArthur al frente, era demostrar que Japón era compatible con el nuevo sistema capitalista que se estaba implantando en las democracias occidentales de la época.

Constitución japonesa

La redacción de la nueva carta magna fue vista como una sumisión del pueblo japonés a los vencedores de la guerra

El polémico artículo 9

Se acusa a Japón de haber cometido el asesinato de más de 20 millones de personas durante su intento de expansión por los mares del Sudeste asiático mientras duro la Segunda Guerra Mundial. Una deuda pendiente con toda la comunidad internacional que terminaría devolviéndose a través de la aceptación del polémico artículo 9 de l Constitución japonesa. Esta disposición jurídica prohibía de forma tajante a Japón volver a tener un ejército armado con el que resolver cualquier tipo de conflicto mediante la fuerza. Ya fuera con países vecinos o con cualquier otro, Japón asumía que no podría volver a hacer uso de la fuerza militar.

Pese a ello, durante el contexto de Guerra Fría, la Constitución de Japón permitió incluir una disposición en la cual se permitía a Japón desarrollar las llamadas SDF o Fuerzas dude Auto Defensa. En realidad, esta nueva armada, destinada única y exclusivamente a misiones de ayuda humanitaria sin el uso de la fuerza, es vista como el actual ejército nacional japonés.

Hace años, incluso décadas que se ha debatido en la Cámara de Representantes japonesa una revisión y modificación del artículo 9. Las tensiones con Corea del Norte y su amenaza nuclear o las disputas geopolíticas con China, Rusia y Vietnam por las islas situadas, según argumentan los japoneses, dentro de su territorio soberano han monopolizado debates dentro de la Dieta japonesa. Se sigue hablando pero la realidad es que ningún primer ministro japonés ha tenido hasta la fecha los apoyos suficientes para realizar dichos cambios en la Constitución japonesa.