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El sexo en Japón: entre la realidad y el negocio

Enumerar aquello que me sorprendió de la sociedad japonesas durante mis días en el país asiático se hace difícil. Lo que si recuerdo de forma clara es la incomodidad que suscitaba la palabra “sexo” en mi círculo de amistades niponas.

Entendí, entonces,  que en entornos sociales el sexo en Japón se ha convertido casi en un tema tabú. Un aspecto relegado a las cuatro paredes de la vivienda familiar. Si bien esto es lo que me demostraban mis conocidos y amigos, allá donde iba, ciudad que visitaba, el negocio del sexo estaba en la calle. Así, ¿Cuál es la realidad del sexo en Japón? Sigue leyendo y te lo explico.

Cómo se vive el sexo en la sociedad nipona

Estudios sobre sexualidad realizados a lo largo de los últimos años muestran que cada vez más el sexo en Japón está desapareciendo del ámbito conyugal. Una vez casados, un alto porcentaje de matrimonios deja de mantener relaciones íntimas de forma asidua. El sexo se ha convertido en una carga para muchos hombres y mujeres del archipiélago nipón.

Las causas de este descenso en las relaciones sexuales maritales se atribuye a varios factores pero el que tiene más peso es el del “estrés o cansancio del hombre”. Aunque se intentan cambiar las cosas, aún hoy en día es el hombre quién dedica la mayor parte del día a la empresa.

Al regresar de su jornada laboral está exhausto, sin ganas más que de darse un buen baño relajante, cenar e irse a dormir ya que a la mañana siguiente le toca madrugar. Así, intimar con la pareja se convierte en el último de sus deseos. Muchos de ellos, incluso, prefieren dedicar su tiempo libre a productos ofrecidos por el negocio del sexo nipón como revistas eróticas o sex shops antes que mantener relaciones sexuales con la mujer.

La realidad es que el sexo ha disminuido entre las parejas japonesas casadas

Hombres herbívoros y mujeres carnívoras

En 2006 el escritor y periodista Maki Fukusawa introducía por primera vez un nuevo término al diccionario de El sexo en Japón: el concepto de “hombre herbívoro” o sôshoku danshi (草食男子 そうしょくだんし). Los japoneses son propensos a etiquetar cualquier tipo de tendencia social y, en este caso, Fukusawa describía a aquellos japoneses (hombres) sin interés alguno por las relaciones sexuales. Se calcula que alrededor del 60% de los varones nipones de entre 20 y 40 años se consideraba “herbívoro” allá por 2013. ¿Habrá aumentado esta cifra?

Se trata de hombres sensibles, caseros y muy tranquilos que disfrutan de actividades como la cocina, la pastelería o la jardinería. Poco interesados en el éxito profesional prefiriendo el ahorro a ganar mucho dinero. Se decantan por tener muchas amigas a “currarse” una cita que pueda terminar en una relación sexual.  Algunos expertos expresaron que esta tendencia era una simple evolución del metrosexual japonés. Personalmente creo que se equivocaban.

Como contrapunto, apareció el concepto de “mujer carnívora” o nikushoku joshi (肉食女子 にくしょくじょし). Al contrario que en el caso de los hombres, estas mujeres buscan de forma desesperada una pareja ya sea para practicar sexo o para una relación más estable. Féminas que rondan la treintena a quiénes, como se dice vulgarmente, está a punto de “pasárseles el arroz” (siempre según la opinión de los autóctonos). Estas visten de forma elegante y provocativa mostrando una actitud mucho más agresiva a la hora de relacionarse con el sexo opuesto. En la mayoría de ocasiones esta personalidad termina por intimidar a sus pretendientes. 

relación que mantienen hombres y mujeres con el sexo en Japón

El sexo en Japón se ha convertido en un negocio lucrativo

Al contrario de lo que pudiera parecer, el negocio del sexo en Japón es uno de los más lucrativos. Muchas veces controlados por la yakuza nipona, los servicios de índole sexual que ofrecen sus negocios están a la vista de transeúntes y curiosos. Los denominados barrios del placer nacieron en la actual Tokio durante la época Edo (1603-1868) y han proliferado réplicas en la mayoría de ciudades japonesas.

En grandes urbes como Osaka, Nagoya, Kobe o Fukuoka la palabra “sexo” está en el aire. Una muestra de ello son los sex shops repletos de gente (de hombres mayormente) interesada, sobretodo, en el porno de animación japonesa o hentai (変態  へんたい) así como fetichismos varios.

O las cafeterías maid cafe (メイドカフェ), donde chicas jóvenes ataviadas con vestidos de sirvientas cumplen con las “fantasías” de los hombres otaku (おたく) o fans del manga, el anime y los videojuegos. Encontramos, también, los “hoteles del amor” o love hotel (ラブホテル) que proliferan en el barrio de Shibuya o los llamados “distritos del placer” como Kabukicho. En sus locales uno puede “alquilar acompañante” para pasear, charlar o tomar unas copas. Y no podemos olvidarnos de los centros de masajes o las empresas de concertación de citas.

Los establecimientos que ofrecen sexo previo pago están permitidos en la capital nipona y su periferia. El sexo en Japón y más concretamente el negocio que genera está destinado, sobretodo, a los hombres. La industria sustenta sus pilares en gran cantidad de productos impresos y digitales para ellos. Guías y revistas en las que uno puede encontrar desde números de teléfono, hasta precios de los servicios ofrecidos así como los nombres y fotos de las mujeres.

Oferta sexual para los extranjeros  que visitan Japón

Para los extranjeros que busquen distracciones de carácter sexual  en Japón la oferta no es demasiado alentadora. Más aún si no se habla japonés. Existen dos grandes obstáculos para aquellos que pretendan contratar servicios sexuales en el país asiático.

Por un lado, el precio. Aunque las tarifas pudieran considerarse “no abusivas” bien es cierto que los bolsillos de los japoneses se resienten y ya os digo que los sueldos en el país asiático son bastante más elevados que los españoles. Por otro lado, algunos casos de contagio del virus de la SIDA ha llevado a muchos establecimientos a cerrar sus puertas a los extranjeros.

Tokio: epicentro del negocio sexual  japonés

La capital del país asiático concentra numerosas zonas de entretenimiento para adultos dispuestos a gastar dinero. Por ejemplo, Shibuya, Ikebukuro, Shinjuku, Ueno o Roppongi son barrios donde el transeúnte puede encontrar todo tipo de ofertas y servicios relacionados con el sexo. Uno de los negocios más exitosos es el kiabakura (キャバクラ), donde las camareras sirven bebidas a los clientes varones y les dan conversación en su regazo. En la mayoría de estos locales las chicas no ejercen la prostitución. Algunos establecimientos de “alto standing” pueden ofrecer a sus clientes música en vivo y espectáculos variados.

Los precios, para los curiosos, suelen rondar los 15.000 siendo algo más caros los locales con mayor “caché”. Antes de “disfrutar” de los servicios que ofrecen dichos establecimientos, lo mejor es acordar el precio de antemano ya que muchos de ellos intentarán hinchar la factura a los extranjeros. Es importante asegurarse, también, de que en este tipo de locales, y en cualquiera de índole sexual, no trabajan menores de edad. Las leyes niponas castigan con severidad la práctica sexual de cualquier tipo con menores.

Más servicios relacionados con el sexo en Japón

El sexo en Japón, más concretamente el negocio que genera, puede resumirse en los servicios que ofrecen los siguientes establecimientos:

  • Pink-Salons: cabarés donde las camareras lucen sugerentes vestidos y en los que está permitido que los clientes “manoseen” y “magreen” a las chicas aprovechando la oscuridad y la ambientación tenue del local. Los precios parten de los 10.000aumentando según los servicios que ofrezca el local.
  • Clubs de striptease: las chicas bailan música sensual para los clientes. En algunos locales se pueden ver espectáculos de sexo en vivo en el escenario. Las entradas más baratas se sitúan en torno a los 4.000.

  • Health clubs: a partir de 8.000-9.000 es posible acceder a locales de cuidados corporales. Se ofrece a los clientes varones duchas y masajes estimulantes. Algunas variantes de los health clubs son los salones de “estetica” (esute) y aquellos que ofrecen servicios a domicilio o deri-heru, del inglés delivery health.

  • Baños turcos o “saunas”: las protestas de la comunidad turca del país hicieron cambiar de nombre a este tipo de servicios relacionados con el sexo en Japón. Con servicios semejantes a los health clubs ofrecen masajes excitantes y duchas a los clientes. Los masajes pueden ir “más allá” según el precio que se esté dispuesto a pagar. La mayor concentración de “saunas” la encontramos en Yoshiwara (distrito oficial de prostitución de la antigua Edo), actual barrio de Taito. Los precios rondan los 25.000.

  • Love hotels (ラブホテル): citados anteriormente, se trata de los llamados “hoteles del amor”. Establecimientos que se pagan por horas destinados a la práctica sexual de sus huéspedes. Suelen encontrarse cerca de las zona de ocio nocturno de las ciudades. Por ejemplo, en Tokio, hay gran cantidad de love hotels en Shibuya, Kabuki-chô, Maruyama-chô o Shinjuku. También cerca de estaciones como las de Uguisudani o Ueno. Disponen de decoraciones excéntricas muchas veces recordando a series manga, anime o a videojuegos famosos. Las habitaciones de este tipo de locales ofrecen a sus clientes desde televisión por cable, consolas de videojuegos, películas y revistas para adultos e, incluso, disfraces (cosplay) para hacer realidad sus “fantasías”. Los precios varían mucho según la hora, el tipo de hotel y los servicios incluidos en las habitaciones. Los más baratos se sitúan en los 3.500/hora.

Ya lo veis, el sexo en Japón discurre entre dos realidades paralelas. Por un lado, cómo se percibe y practica en la esfera personal y aquello que se expresa en sociedad. Por el otro, todo el negocio que se genera a su alrededor.