
La experiencia de ser estudiante en Japón
Actualidad -
Mucha gente pregunta cómo es la experiencia de ser un estudiante en Japón, aunque cada persona lo vive de una forma diferente creo que todos nos quedamos asombrados por todo lo que descubrimos y aprendemos cuando pasamos un tiempo aquí. Aunque éste es sólo mi punto de vista, me gustaría compartir cómo fue para mí esta experiencia.

Empecé a estudiar japonés en España yendo a clases dos veces a la semana, tres horas en total, durante dos años. Aunque avancé mucho, cuando se organizaban intercambios con estudiantes de español japoneses notaba que no tenía el nivel que me gustaría, tenía conocimientos del idioma pero no sabía utilizarlos.
No estaba segura de si lo que decía era del todo correcto, de la pronunciación, me faltaba mucho vocabulario y por lo general acaba frustrada porque no podía expresar todo lo que quería. Fue entonces cuando me di cuenta de que la mejor manera de mejorar sería siendo una estudiante en Japón, pero no fue hasta años después cuando pude llevarlo a cabo.
Se lo comenté a una amiga, asidua al Salón del Manga de Barcelona, y me recomendó Go! Go! Nihon, un servicio gratuito que te ayuda con la inscripción a las escuelas de japonés en Japón. Como me pillaba lejos nunca pude llegar a conocerlos en persona, si lo hubiera hecho estoy segura de que me habría decidido mucho más rápido. Me puse a investigar por internet y encontré su página web, además de un par de blogs que hablaban sobre ellos y de la buena experiencia que habían tenido.
En mi primer contacto con ellos, no les pregunté muchas cosas, únicamente cómo era el proceso y su opinión sobre las escuelas entre las que dudaba, me aconsejaron teniendo en cuenta mis planes y a día de hoy sé que para mí ésa fue la mejor escuela en la que podría haber estudiado. Me lo explicaron todo muy claro, me fueron guiando en cada paso de la inscripción y me ayudaron en todo.
Fue mucho más fácil de lo que esperaba, y cuando por fin me dijeron que la escuela me había aceptado aún no me creía que todo estuviera listo. Después de ser aceptada tocaba esperar, porque el Departamento de Inmigración de Japón no emite el certificado que tienes que llevar a la embajada para convertirlo en la visa hasta un mes antes de que empiecen las clases. Creo que lo más complicado fue esa parte.
Llegó Abril, el comienzo del trimestre en el que iba a ser una estudiante en Japón, y por suerte llegué justo para disfrutar de los últimos días de los cerezos en flor. El primer día de clases hice la prueba de nivel, y como ya había estudiado anteriormente me asignaron al nivel intermedio, en horario de mañana.
Al principio me costó acostumbrarme a madrugar otra vez, a tener deberes, a estudiar e imponerme una rutina. Así que más o menos el primer mes, o diría que casi dos meses, fueron de adaptación a horarios, a costumbres, básicamente a ser una estudiante de nuevo.
En mi clase habían estudiantes de un montón de nacionalidades diferentes: Francia, Italia, Turquía, Reino Unido, Suecia, Sri Lanka, etc. Era la primera vez que me relacionaba a diario con gente de tantas nacionalidades diferentes y me encantaba la experiencia.
Todos aprendíamos el idioma y a la vez aprendíamos sobre nuestras culturas y costumbres, ya que para repasar la gramática que íbamos aprendiendo teníamos que poner ejemplos y muchas veces hablábamos de festivales, o cosas típicas de nuestro país. Además al ser una clase reducida, ya que éramos entre 12 y 15 estudiantes los profesores se acordaban de todos nuestros nombres y de todas las cosas en las que íbamos más flojos.
Como estaba en el turno de mañana, cuando terminábamos las clases comíamos en algún sitio cerca de la escuela e íbamos a hacer los deberes en alguna cafetería. Si no teníamos que ir al arubaito, el trabajo a tiempo parcial, entonces íbamos al karaoke o nos dedicábamos a explorar barrios: Shibuya, Shinjuku, Harajuku, etc. Por aquel entonces vivía en una casa compartida, y mis compañeros también eran de muy diferentes nacionalidades, nos juntábamos para cenar y cocinábamos juntos o íbamos a algún izakaya cercano.
Aunque no estudies durante un año entero, definitivamente si estás cada día rodeado del idioma, aunque solo sea para seis meses, te obligas a esforzarte y sin darte cuenta vas aprendiendo vocabulario, kanjis, e incluso expresiones que de otra manera no aprenderías quedándote en tu país. Además de que no estás solo haciéndolo, conoces a personas que se esfuerzan a diario igual que tú y esto te motiva a seguir con ello.
Laura
Si quieres estudiar en Japón desde Periodista en Japón recomendamos que os pongáis en contacto con Go! Go! Nihon, te ayudarán de manera gratuita con el proceso de inscripción para alguna de las academias de japonés en el país asiático.