
Aproximación al expansionismo japonés
Historia -
A finales del sigo XIX, coincidiendo con el bakumatsu (爆末 ばくまつ) Tokugawa y el inicio de la Restauración Meiji (1869-1912), la política exterior de Japón viró 180º. Un país que nunca antes había usado la fuerza contra sus vecinos regionales pasaba a la ofensiva y se convertía en una potencia expansionista y colonial. En estas líneas intentaré esclarecer cómo el país asiático dejó atrás su época feudal para convertirse en un estado moderno en sólo 50 años: las principales causas del expansionismo japonés.

Índice de contenidos
La oportunidad comercial de las guerras
Algunos escritores como Kozo Yamamura, autor de The Role of Meiji Militarism in Japan’s Technologilcal Progress, plantean la hipótesis de que el expansionismo japonés nace de una profesionalización del ejército nipón “gracias” a las guerras de finales de siglo XIX y principios del XX (China 1894-1895 y Rusia 1904-1905).
Por un lado, las disputas territoriales ayudaron a desarrollar y modernizar el entramado militar japonés. Por el otro, la guerra tuvo como consecuencia directa un aumento de la producción de los astilleros y nuevas factorías e industrias subvencionados por el gobierno nipón. Una industria que se había convertido en “nido” de diseminación y absorción de técnicas y cultura occidental. Una política basada en el rédito que producían las guerras y que permitió el crecimiento del entramado empresarial privado en sectores como la maquinaria industrial y la construcción.

Japón se convertiría en una potencia expansionista a principios de siglo XX
La Primera Guerra Mundial como cultivo del expansionismo japonés
La contienda mundial ofreció una oportunidad de crecimiento al país asiático difícil de rechazar. El aumento en la producción de las principales industrias y los avances tecnológicos permitieron a Japón beneficiarse de la coyuntura mundial suministrando todo tipo de materiales a las tropas combatientes. Las arcas del país se vieron reforzadas y el crecimiento económico continuado, también durante el periodo entre guerras, ayudó a desarrollar sectores como el de la electricidad o la industria química.
La Primera Guerra sino-japonesa fue testigo de la técnica que los japoneses habían alcanzado en cuestión de diseño y construcción de navíos. Estaban al nivel de las grandes potencias europeas y ya no necesitaban de sus conocimientos. Había quedado demostrada la velocidad de aprendizaje de los ingenieros del archipiélago nipón.
La importancia de los zaibatsu
Durante la década de 1880 los astilleros de Hyogo y Nagasaki, los más importantes del país, pasaron a manos de los zaibatsu (財閥 ざいばつ) Mitsubishi y Kawasaki respectivamente. Estos grandes conglomerados empresariales convertirán dichos astilleros en las industrias más importantes de todo Japón durante las décadas siguientes. En 1893 cuando la ofensiva contra China ya estaba encima del tapete, las industrias militares empezaron a trabajar las 24 horas del día para iniciar la primera fase del expansionismo japonés. Su objetivo era producir todo el material de guerra necesario para la industria armamentística.
La derrota de las fuerzas del llamado “país del medio” y el expansionismo nipón sobre Corea y la región de Manchuria (al norte de China) hicieron inevitable una confrontación directa con Rusia. Era sólo cuestión de tiempo. Durante la guerra contra los rusos, Japón fue capaz de “apropiarse” de la tecnología en maquinaria y componentes de las empresas “soviéticas”. El Gobierno Meiji tenía muy claro que para convertirse en una potencia internacional debía aumentar su fuerza militar. Conseguir colonias como en su día hicieron otros países occidentales iniciando la época del llamado expansionismo japonés.
Los zaibatsu también jugaron un papel preponderante durante la Primera Guerra Mundial. Apostaron sin recelos por la tecnología foránea y la supieron aplicar en el momento adecuado en los distintos sectores industriales que controlaban. Además, se arriesgaron reduciendo costes en detrimento del crecimiento del país. Un contexto facilitado por el Gobierno Meiji con ayudas a todas aquellas empresas que quisieran sumarse al Japón expansionista.
La empresa privada da el impulso definitivo al Japón expansionista
Al principió, desde el Ejecutivo japonés se optó por incorporar especialistas occidentales a la industria gubernamental para conseguir un puente al know how occidental. A pesar de ello, a medida que avanzaban los enfrentamientos el Gobierno llegó a la conclusión que la industria pública no era suficiente. Fue entonces cuando la empresa privada entró en escena para aportar el impulso definitivo y necesario a la industria de guerra.
Durante esa época, principios del siglo XX, se produjeron algunos acontecimientos relacionados con el expansionismo japonés. Por un lado y como ya hemos comentado, las guerras aportaron riqueza a las arcas del gobierno nipón. Por el otro, el intercambio de conocimientos y el aprendizaje de nuevas técnicas fue una constante. Al principio, las innovaciones procedentes del extranjero iban dirigidas a las élites burocráticas pero poco a poco fueron incorporándose a las empresas públicas y privadas en su proceso de “militarización”. El conocimiento fluía entre el gobierno japonés y las propias empresas.

Durante esta época los recursos del país iban destinados a aumentar su fuerza militar
Crecimiento de la demanda interna
El expansionismo japonés tuvo como consecuencia directa un aumento de la demanda interna de todo tipo de materiales. Era necesario producir armamento lo más rápido posible. La marina fue quien monopolizó la demanda de materias primas como el acero o el hierro. Algunos autores atribuyeron a la guerra la inflación de la economía japonesa mientras que otros lo verían como un punto de inflexión en el crecimiento del país. Una etapa de asimilación de tecnologías y conocimientos occidentales necesarios para empezar a construir un estado potente.
Según el escritor Kazo Yamamura, el periodo de guerras “ayudó” en el proceso de industrialización del país. Los conflictos bélicos permitieron acelerar el proceso de transmisión de conocimientos occidentales a Japón. De todos modos, afirmar que el militarismo fue necesario para el progreso de la sociedad japonesa es algo presuntuoso
Un punto de inflexión
Si bien es cierto que el expansionismo japonés ayudó a situar al archipiélago en la esfera internacional, en ningún caso se puede considerar este afán belicista como única causa del crecimiento económico del país. Las guerras fueron un incentivo, pero no podemos olvidarnos de todas las reformas iniciadas antes de la Restauración Meiji encaminadas a abandonar el ostracismo de la época feudal.
Según muchos historiadores, sin las guerras Japón hubiera terminado modernizándose de todos modos. Quizás más tarde, pero no podemos olvidarnos que dentro del ADN de la nueva clase política de la época ya exista este anhelo de convertir el país en una actor importante dentro del contexto internacional.