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La sirena japonesa: una leyenda universal

Aquél que piense en la sirena como “propiedad” exclusiva de la mitología greco-romana está equivocado. Muchos conocisteis esta leyenda de la mano de Disney con La Sirenita, otros las imaginamos mientras leíamos las aventuras de Ulises en el clásico de Homero, La Odisea.

Sea como fuere, este ser mitológico con torso de mujer y cola de pez existe también dentro del imaginario nipón. Concretamente, el personaje de la sirena se puede encontrar en leyendas de Corea, China y Japón sin grandes diferencias entre ellas. La sirena japonesa ha dado pie a multitud de historias donde se representan amamantando a sus hijos en la orilla del mar.

En la actualidad existen algunos estudios donde se apunta que la sirena japonesa no es más que el avistamiento de los llamados dugones, grandes mamíferos herbívoros que viven cerca de las costas del archipiélago japonés.

Característica de la sirena japonesa

La sirena japonesa es un poco diferente a la de la tradición occidental. En este caso, el cuerpo en forma de pez empieza desde el cuello y es la cabeza la única parte humana de este ser. Esta característica física hace que en Japón se conozca a las sirenas con el nombre de jinmengyo (人面魚 じんめんぎょ) o “pez con cara de persona”. Otra característica de la sirena japonesa es que suele representarse con una cresta roja en el torso

Dicen los registros de la prefectura de Aomori, al noreste de Japón, que una vez avistaron una sirena varada en la playa. Esta, al igual que las de la mitología clásica occidental, poseía un bello rostro y cantaba como los ángeles. 

Una apariencia poco común ya que en las antiguas leyendas japonesas se representa a las sirenas con un aspecto horroroso y grotesco.

La aparición de la sirena japonesa es un mal presagio

Como comentaba al inicio del artículo, seguro que muchos tenemos en mente la angelical figura de Ariel que nos mostró Disney en su particular largometraje. Una chiquilla noble, amiga de sus amigos (los peces y habitantes del fondo del mar), cuya única ambición era tener piernas para vivir en la superficie.

Pues bien, en Japón la aparición y avistamiento de sirenas es considerado un mal agüero. Suelen anunciar fuertes tormentas incluso presagian tsunamis; así pues, aunque sean indicio de terribles desastres naturales sirven, también, como inequívoca señal de alarma. 

Os aconsejamos que si alguna vez os topáis con una sirena japonesa no le hagáis daño ni la molestéis. Son capaces de provocar terremotos que sepulten pueblos enteros. 

Dato curioso: es uno de los pocos yôkai (妖怪 ようかい) japoneses que no come y dicen que si un humano prueba carne de sirena obtendrá la inmortalidad y la juventud eterna.

Leyenda de una sirena

En Japón es muy famosa la leyenda de la monja Yaobikuni. 

Cuenta que su padre le dio a probar carne de sirena cuando era joven. Manjar que había conseguido en el banquete al que fue invitado por un dragón marino.

La carne de sirena funcionó como elixir de la eterna juventud así que a partir de ese momento Yaobikuni  dejó de crecer.

Se casó innumerables veces pero incapaz de soportar la pérdida de sus maridos y el abandono de sus vecinos y conocidos decidió hacerse monja.

Así, empezó a peregrinar a lo largo y ancho del país ayudando a los más desfavorecidos. En sus plegarias se hacia acompañar de una rama de camelia, especie que simboliza la longevidad.

Ochocientos años después de iniciar su particular tortura, la moja se encontró a una sirena, a quien le imploró que la liberase de su condena. Esta accedió y Yaobikuni se retiró a una cueva donde murió tranquila y en paz apartada del mundo.

*Leyenda extraída del libro Yokai Monstruos y fantasmas en Japón, Andrés Pérez Riobó y Chiyo Chida, Ed; Satori