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Historia de los periódicos en Japón

Desde su aparición los medios de comunicación han jugado un papel de suma importancia en el desarrollo de cualquier sociedad. Desde sus inicios los gobiernos ya percibieron a la prensa como un poderoso “ente” generador de opinión pública.

Aunque en la antigua Roma ya circularon listados de eventos de nombre Acta Diurna fue durante el siglo XVIII que los ingleses inventaron el concepto de periódico tal y como lo conocemos ahora. Su principal propósito era el de informar a los lectores sobre los sucesos más relevantes que ocurrían en las islas. Hecha esta pequeña introducción pasamos a lo que nos ocupa: la llegada de los periódicos en Japón.

Inicios de los periódicos en Japón

Se veía a venir. El desarrollo y avance imparable de las sociedad con la industrialización convirtió este nuevo invento, el periódico, en un arma de doble filo, un bumerán. Por un lado, la clase política no tardo en mostrar sus ansias de controlar los medios de comunicación para enviar mensajes a sus conciudadanos. Mensaje, claro, con el objetivo de conseguir votos. Por el otro, las noticias aparecidas en los rotativos podían desembocar en críticas hacia su gestión.

Llegada de los periódicos a Japón

Los periódicos en Japón llegaron un siglo más tarde, en el XIX. Este medio de comunicación de masas “aterrizó” como innovación tecnológica en un momento en el que el país estaba inmerso en una de las reformas más importantes de su historia, la Restauración Meiji (1868-1912). Encima de la mesa avances y cambios que el gobierno tenía en mente para convertir Japón en una potencia a nivel mundial.

Abandonar el Japón feudal de los Tokugawa, el periodo Edo (1603-1868),  y convertirse en actor protagonista dentro de la esfera internacional. Así, los periódico en Japón se usaron para difundir las normativas que, a partir de ese momento, regirían el país.

Cambios estructurales en los periódicos 

La llegada al poder del nuevo Gobierno meiji implicó un cambio estructural y de contenido en los periódicos japoneses. Estos empezaron a centrarse en aspectos más sociales mientras que las empresas detrás de las publicaciones se consolidaban como grandes corporaciones. En época de “vacas flacas» era cuando los periódicos en Japón tenían más éxito, se volvían más críticos y obtenían mayor repercusión social. En definitiva, conseguían más poder de influencia. 

Con todo, la independencia de los periódicos en Japón siempre quedó en entredicho. A muchas de las cabeceras se las relacionaba directamente con el nuevo ejecutivo y era habitual que se escribieran noticias dentro de las propias oficinas gubernamentales. De tendencia claramente conservadora, los periódicos de la época reflejaban una de las máximas del pensamiento confuciano: el bienestar de la sociedad por encima de todo. Aunque nadie alzara la voz, todos sabían que el periódico se había convertido en una herramienta indispensable para los políticos, quienes no dudaron en fomentar medidas para aumentar su difusión.

Algunos autores hablan de la prensa como uno de los principales motores de la modernización de Japón. Al mismo tiempo, la penetración y difusión de los periódicos es considerada como una de las causas de la llamada  “democracia Taishô” (1912-1926). Un medio ideal para “mantener a ralla” al poder ejecutivo y, a su vez, un escaparate en el que difundir las nuevas reformas y avances del país asiático.