
Jinja
¿Qué son los jinja?
Dentro de las fronteras del archipiélago japonés conviven diversas religiones. El Sintoísmo conforma las creencias autóctonas de la sociedad nipona basadas en el culto a los kami (神 かみ) o deidades animistas presentes en la naturaleza. Estos tienen su morada en los llamados santuarios jinja (神社 じんじゃ).
Características de un
El Budismo, procedente de la China, penetró en el país asiático a partir del siglo VI d.C influenciando rápidamente las altas esferas de la sociedad nipona de la época. Por otro lado, el Cristianismo también ha tenido y tiene su cuota de devotos en Japón desde su entrada al país durante la época de aislamiento internacional o Periodo Edo (1603-1868). Los misioneros jesuitas españoles y portugueses afincados en Dejima y Nagasaki, al sur de Japón, propagaron sus creencias entre la clase guerrera feudal de la época.
Gracias a este amalgama de creencias Japón ha visto como prosperaba un patrimonio arquitectónico en forma de templos y santuarios de lo más envidiable. Se dice que entre las paredes de los santuarios o jinja sus residen los dioses o kami, verdaderos causantes de todos los fenómenos naturales y paranormales que ocurren en Japón. Al mismo tiempo, estos recintos albergan tesoros y donaciones de peregrinos que se almacenan lejos de los curiosos.
La costumbre nipona marca que los autóctonos visiten este tipo de templos durante las muchas festividades que «inundan» el calendario anual como el caso de Año Nuevo, el setsubun (節分 せつぶん), o también durante el shichigosan (七五三 しちごさん). A los recién nacidos se les hace una ceremonia en este tipo de templos y se ofician gran cantidad de bodas de carácter sintoísta en dichos espacios de culto.
Las visitas a los jinja van acompañadas de un rígido protocolo que podéis conocer en el siguiente artículo.