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La serpiente en Japón: historias y mitología

Respetada como dios de los ríos y las montañas hebi (蛇 へび), nombre que recibe la serpiente en Japón, es conocida como el espíritu de pantanos y lagunas. Las leyendas cuentan que el animal se entremezcla con los seres humanos convertido en hermosas muchachas y jóvenes apuestos. Sí, en este artículo hablamos sobre la serpiente y su espacio dentro de la mitología del país asiático.

Mitos sobre la serpiente en Japón

Hebi es representada en las historia más antiguas del Kojiki como un reptil gigante de ocho cabezas y ocho colas. Dicen que fue derrotada por el Susanô, héroe local, en una contienda que recuerda mucho al enfrentamiento entre Hércules e Hidra en la mitología griega.

Cuenta la fábula que cuando el hermano de la diosa Amatersu descendió a la tierra desde la Llanura Celestial se encontró con una pareja de apesadumbrados ancianos. Le contaron con ojos llorosos que una enorme serpiente se comía año tras año a una de sus  quedándoles solo la más joven. Susanô sintió lastima por ellos y decidió ir al encuentro del malvado ser. Se las ingenió para que la criatura bebiera gran cantidad de sake de ocho tinajas y una vez borracha acabo con su vida.

Un alma consumida por los celos

Dicen que la serpiente en Japón es considerada representación del rencor, delos celos y la avaricia. Existen muchos grabados y pinturas antiguas donde se plasma al reptil como un alma consumida por los celos que tras perecer es incapaz de abandonar el mundo terrenal para alcanzar el paraíso. Suelen ser los monjes budistas quienes en su honor celebran todo tipo de ceremonias para que pueda descansar en paz.

Esta asociación entre la serpiente en Japón y los celos se remonta a épocas pasadas. La diosa de la fortuna Benzaiten es representada acompañada de este reptil sinónimo de celos. Las malas lenguas dicen que mejor evitar la visita en pareja a uno de sus santuarios si queréis evitar una ruptura sentimental. 

La serpiente tsuchinoko

Difícil de avistar, solo unos pocos privilegiados son los que afirman haberse topado con tsuchinoko, reptil semi-legendario. Se trata de una serpiente con la parte central del cuerpo mucho más ancha que cabeza y cola y que parece chillar como lo haría un ratón. 

Serpiente de manchas

Una leyenda sobre la serpiente en Japón 

El protagonista de la historia es el monje Anchin del templo Dôjôji en Wakayama, oeste de Japón. Anchin solía peregrinar hasta el famoso templo de Kumano cuando un día fue “asaltado” por una joven de nombre Kiyohime. Para librarse de su insistencia Anchin le prometió a la muchacha que se casaría con ella l regresar de Kumano. El bonzo quiso olvidar su promesa escapando del compromiso a lo que Kiyohime contrariada respondió persiguiéndole y acosándole sin respiro convertida en una feroz serpiente. Le siguió por el curso del río Hidagawa hasta alcanzar a Anchin en el mencionado Dôjôji. El monje preso del pánico se escondió dentro de una campana del templo pero Kiyohime, enfurecida, la envolvió con su cuerpo quemándole vivo con el fuego que escupía por sus fauces. En realidad ella no era cualquier muchacha, sino el espíritu del río adoptando la forma de Kiyohime.