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El sistema educativo japonés: características

Es por muchos conocido que algunos países de Asia oriental como Singapur, Corea del Sur o Japón cuentan con un sistema educativo de los más eficientes del mundo. No en vano, sus estudiantes encabezan los primeros puestos del ranking del Informe PISA (estudio a nivel mundial organizado por la OCDE que mide el rendimiento escolar de los alumnos en ciencia, lectura y matemáticas). Para que os hagáis una idea: los resultados del Informe PISA de 2016 situaron Japón en segunda posición en ciencias, octava posición en comprensión lectora y quina en matemáticas.

 Y os preguntaréis, ¿Qué es lo que tiene de especial el sistema educativo japonés? Mezcla de trabajo en equipo, meritocracia y disciplina han convertido la educación japonesa en paradigma de formación de calidad. Lo descubrimos.

Pilares del sistema educativo japonés: formación pública, gratuita y en valores

El sistema educativo japonés es, por lo general, público y gratuito. Como sucede en España, los niños empieza la escolarización obligatoria a los seis años al acceder a la primaria o shogakkô (初学校 しょがっこう). Se trata de una etapa que dura hasta los doce años cuando entran a formar parte de la enseñanza secundaria o chuugakkô (中学校 ちゅうがっこう). En el sistema educativo japonés los alumnos terminan los estudios obligatorios a los quince años pudiendo decidir luego si continuar su formación en el kôkô (高校 こうこう) o bachiller. Es a los 18 años, al finalizar el kôkô, cuando los japoneses se enfrentan a una de las decisiones más cruciales de sus vidas: los exámenes de acceso a la universidad o daigaku (大学 だいがく).

El sistema educativo japonés está estructurado de tal manera que “todo” va encaminado a superar las pruebas de acceso a la universidad. Durante años, décadas, las grandes empresas japonesas han tomado el nombre de la universidad de sus aspirantes como el principal factor a la hora de cribar quien sí y quien no pasaría a formar parte de sus plantillas. De este modo, formar parte de la Universidad de Tokio o Tôdai aseguraba al estudiante un futuro profesional prometedor.

Desde 1963, el Ministerio de Educación japonés decide qué libros de texto deberán usarse durante la etapa de escolarización obligatoria. Qué libros son los adecuados para cada etapa del sistema educativo japonés. Además, se encarga de distribuirlos de forma gratuita a todos los centros del país. El mismo ministerio es quien fija las materias que se imparten en los centros educativos de toda la geografía nipona, define sus objetivos y diseña los contenidos que aprenderán los alumnos.

Asignaturas destinadas a la formación en valores en el sistema educativo japonés

De entre todas las asignaturas que cursan los estudiantes japoneses destacan aquellas que tienen que ver con la formación en valores. Si algo caracteriza al sistema educativo japonés es que, además de matemáticas, ciencia, lengua o historia dedica parte del horario escolar a evaluar a los estudiantes en economía domestica. Por ejemplo, aprenden a cocinar, coser, artes japonesas tradicionales como caligrafía o poesía, incluso se imparten cursos de educación moral. Para los mandatarios japoneses es primordial que las trabajadoras y trabajadores del mañana desarrollen una conducta cooperativa, respeto a las normas y disciplina de grupo.

Chicos japoneses colaborando

La perseverancia y el esfuerzo son la clave del éxito

El sistema educativo japonés se ha visto influenciado por la tradición y cultura del país asiático. Así, el concepto de ganbaru (頑張る がんばる) o considerar el éxito como sinónimo de esfuerzo está muy presente tanto en las instituciones educativas como en los propios alumnos. Un sistema basado en la meritocracia e inculcado a los estudiantes desde bien pequeños cuando aprenden que tener un mejor porvenir pasa por obtener mejores resultados académicos. Así, desde que son bebés diría yo, esta presión por conseguir buenas notas en la escuela está presente en la vida de los japoneses. Ya sea a través de sus progenitores o por una “losa” que se imponen ellos mismos, los estudiantes del país asiático viven y se “desviven” para acceder a las mejores universidades.

Los clubes o bukatsu 

Otra característica del sistema educativo japonés es el modelo colaborativo adoptado en las clases. Los alumnos limpian juntos la escuela y las aulas o cocinan y sirven a sus compañeros. Un ejemplo del trabajo en equipo que se quiere transmitir desde las instituciones educativas del país. Además, cada centro se encarga de organizar todo tipo de actividades complementarias como competiciones deportivas, excursiones y visitas culturales para fomentar la convivencia.

A parte, están los bukatsu (部活 ぶかつ) o clubes de actividades. La gran mayoría de estudiantes de secundaria está inscrito a uno de estos “círculos”. Los más comunes son los bukatsu de deportes pero también los hay para aquellos que quieran aprender a tocar un instrumento o desarrollar sus dotes artísticas. Este tipo de asociaciones tienen en el cumplimiento de las normas y la disciplina su máxima.

La relación que se establece entre los miembros del bukatsu puede llegar a parecerse a la existente dentro del núcleo familiar entre hermano pequeño y hermano mayorEste tipo de actividades  contribuyen a fomentar el trabajo colaborativo, así como a una mejora en la capacidad de resolver problemas por parte del adolescente. Por norma, los alumnos de primer año o kôhai (後輩 こうはい) deben mostrar máximo respeto hacia los más veteranos o experimentado, los senpai (先輩せんぱい). Estos, a su vez, ejercen como mentores de los “novatos”.

Así pues, tal y como hemos visto a lo largo del artículo, el sistema educativo japonés está lleno de matices al mismo tiempo que se basa en las costumbres y tradiciones de su sociedad.