
El combate de los dioses: el sumo en Japón
Cultura -
Los deportes en Japón han tenido desde siempre influencia extranjera. No en vano los eventos deportivos que mayor audiencia generan y más espectadores atraen a los estadios son el beisbol y el fútbol. El primero, con diferencia, se ha convertido en el fenómeno deportivo de todo un país que vibra con una competición heredada claramente de los americanos.

En los institutos y las universidades de todo el país se practica este deporte en los llamados “clubs” o bukatsu (部活 ぶかつ) donde sus discípulos esperan algún día formar parte de los Giants de Tokio o los Hanshin Tigers de Osaka. Pero, ¿Existe algún deporte autóctono de la cultura japonesa? Pues sí, claro hoy hablaremos del sumo en Japón.
Índice de contenidos
El origen del sumo en Japón
El sumo (相撲 すもう) en Japón nació hace unos 2.000 años. Curiosamente, la mitología japonesa en sus primeros textos relata como el destino del archipiélago nipón se decidió mediante un combate de sumo entre dos dioses del panteón sintoísta. El ganador fue el encargado de iniciar la dinastía Yamato o la estirpe de los emperadores del país del Sol naciente.
Se trata de un deporte de lucha de contacto, en el que dos púgiles de grandes dimensiones ataviados con un simple taparrabos se agarran con el objetivo de desestabilizar al contrario y hacer salir del ring. Si bien es cierto que este tipo de deportes existe en la gran mayoría de culturas, el origen del sumo japonés proviene de un ritual religioso del Sintoísmo. Era en los santuarios de la religión autóctona japonesa donde las contiendas tenían lugar. Escenario de combates dedicados a los dioses animistas o kami (神 かみ) y las cosechas.
Durante el periodo Nara o Nara jidai (奈良時代 ならじだい), entre los años 710 y 794 d.C , así como en el transcurso del periodo Heian o Heian jidai (平安時代 へやんじだい), entre los años 794 y 1185, el sumo en Japón era un deporte o espectáculo destinado a las altas esferas de la sociedad japonesa de la época, a la corte imperial. Esto cambió durante el periodo Kamakura o Kamakura jidai (鎌倉時代 かまくらじだい) entre 1192 y 133 cuando el sumo pasó a formar parte del adiestramiento de las tropas del ejército. A lo largo del siglo XVIII, durante el periodo Edo (1603-1868) el sumo en Japón se profesionalizó acercándose a lo que conocemos en la actualidad.

Los púgiles tienen que echar del ring a su contrincante
Ritos sintoístas dentro del sumo
La religión sintoísta está presente en todos los combates de sumo en Japón. Antes de empezar el combate, ambos contrincantes realizan fuertes pisotones sobre el suelo del ring que sirven para expulsar a los espíritus malignos del cuadrilátero. Al mismo tiempo, les sirve a los púgiles para estirar los músculos y relajar las extremidades inferiores. En otro acto con reminiscencia sintoísta, se arroja una cantidad de sal abundante (alrededor de 40 kilos de sal durante la celebración de un torneo) para purificarla. Tiene el mismo efecto que los pisotones, ahuyentar a los espíritus demoníacos.
Se trata de un deporte muy esclavo y es que sólo los mejores serán reconocidos. Cuanto más alto se llegue en el escalafón del sumo japónes mejor. La vida de un luchador de sumo o rikishi (力士 りきし) sólo empezará a ser “fácil” cuando sea nombrado ôzeki (大関 おぜき) o yokozuna (横綱 よこずな), gran campeón, los grandes títulos de campeón del sumo en Japón. Para todos los demás, sus vidas como púgiles se limitarán al entreno, participación en torneas y a “servir” y contentar al ôzeki o Yokozuna de turno. Recados de todo tipo se convertirán en el pan de cada día.
Instalaciones dónde practicar sumo en Japón
Los gimnasios en los que se ejercitan los luchadores de sumo reciben el nombre de heya (部屋 へや). Curiosamente los kanji (漢字 かんじ) utilizados son los mismos que para referirse a una habitación cualquiera, también haya en japonés. En estas instalaciones los luchadores llevan una vida comunal con otros rikishi. La jornada empieza temprano, a las seis de la mañana con un entrenamiento previo al desayuno.
Exigentes y tedioso ejercicios que tienen como objetivo mejorar la flexibilidad y la fuerza de los luchadores. Estos se combinan con una batería de “asaltos” entre los distintos miembros de una misma heya. Esta será la única ocasión en la que púgiles de una misma comunidad combatan entre sí ya que está prohibido en los torneos. El entrenamiento matutino finaliza a media mañana con un baño.
Al finalizar el baño, los luchadores de mayor rango se sientan a digerir la primera comida del día que servirán los púgiles de menor rango. Un cocido de pollo, pescado, miso y ternera conocido como chankonabe aportara las calorías necesarias para mantener en forma los cuerpos de los rikishi. La guarnición de este plato suele estar hecha a base de cuencos de arroz o ensalada.

La gran mayoría de púgiles no conseguirá vivir del sumo
El salario de un luchador de sumo japonés
Por lo que a los emolumentos se refiere, los rikishi se dividen en dos grupos: los que ganan un sueldo de forma regular y los que no. Aquellos luchadores de categorías inferiores no reciben ningún tipo de compensación económica por sus combates. Alguno de ellos puede llegar a cobrar algún tipo de prima y se les proporciona alojamiento y alimentación mientras se forman.
Al alcanzar el nivel de jūryō (十両 じゅうりょう) los rikishi se convierten en sekitori (関取 せきとり), o púgiles de alto rango, acompañado de un salario de alrededor de 7.000 dólares mensuales. Un ôzeki no cobra menos de 16.000 dólares al mes mientras que el yokozuna se embolsa unos 20.000 dólares. Finalmente el ganador de los seis grandes torneos de sumo en Japón puede llegar a cobrar un premio valorado en 100.000 dólares.
¿Habéis visto algún combate de sumo? ¡Cuéntanos tu experiencia con el deporte ancestral japonés!