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Qué ver en Kioto: el templo Ginkakuji

Cierto es que el Kinkakuji (金閣寺 きんかくじ) o pabellón dorado se ha convertido en un imprescindible de Kioto. Aún así, la apacible ciudad cuenta con multitud de puntos de interés que no os podéis perder durante vuestra visita. Uno de ellos es el templo Ginkakuji (銀閣寺 ぎんかくじ), situado en la zona de Higashiyama, en la ladera este de la antigua capital del país asiático. Os contamos más sobre un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el precioso pabellón de plata.

Un poco de historia

Fue en el año 1474 cuando el shôgun (将軍 しょうぐん ぎんかくじ) Ashikaga Yoshimasa hizo construir este templo budista como su retiro espiritual. Ashikaga, fascinado por el resplandeciente pabellón dorado construido años atrás por su abuelo, quiso imitar la belleza del Kinkakuji recubriendo de láminas de plata su edificación. Desgraciadamente, no pudo cumplir con su objetivo dejando la “plata” solamente para el epíteto.

Pese a que el templo Ginkakuji nunca estuvo recubierto de plata, algunos historiadores creen que el recinto recibe el nombre por las similitudes con su “hermano mayor”, Kinkakuji. Tras la muerte del shôgun, el pabellón se convirtió en templo budista pasándose a llamar oficialmente Jisho-ô-ji. Un nombre que ni los propios lugareños conocen. Todo el mundo llama a esta obra de la arquitectura nipona como templo Ginkakuji o pabellón dorado.

Templo Ginkakuji o pabellón de plata en Kioto
Pabellón de plata o Ginkakuji

El embrujo del los jardines del templo Ginkakuji

Muchos de vosotros sabéis que viví durante una temporada en Kioto. Concretamente un año donde aproveché para estudiar japonés y cultura en una de las universidades de la ciudad. Durante esos meses, un año da para mucho, me paseé por los emplazamientos históricos y religiosos de la ciudad quedando prendado del templo Ginkakuji. He de reconocer que después disfrutar del Kinkakuji nevado, la estructura del pabellón de plata no causo en mi impacto alguno. Fueron sus aledaños, la paz y serenidad que se respira paseando por sus jardines lo que me cautivó. Es difícil expresarlo con palabras pero fue un momento espiritual y de conexión intensa con el entorno.

Tal y como ocurre con la mayoría de jardines cerrados del país, en este caso el recorrido está establecido e indicado. Siguiendo las marcas llegaréis a un preciosista jardín de musgo. Una estampa bucólica donde pequeños riachuelos, piedras, puentecitos de madera y estanques con islotes os transportarán a un lugar de ensueño. Las veces que he estado me recordó mucho a los paisajes aparecidos en la película La Princesa Mononoke de Studio Ghibli. Si seguís por el camino, subiendo llegaréis a un punto desde el que disfrutar de las vistas de la ciudad de Kioto.

Jardines del templo Ginkakuji en Kioto
Los impresionantes jardines alrededor del Ginkakuji

Visitando el recinto del templo Ginkakuji

Si hablamos del edificio en sí, el Kannonden o pabellón es un edificio de dos pisos y de estilos arquitectónicos diferenciados. Una estructura que ha conseguido sobrevivir a terremotos e incendios a lo largo de los siglos. Al igual que el pabellón dorado, el templo Ginkakuji no se encuentra abierto al público así que las fotos y los selfies los tendréis que realizar desde la distancia.

Hablemos un poco más del fascinante jardín de arena blanca, personalmente principal atractivo del templo Ginkakuji. Apodado “mar de arena plateada”, el jardín es el complemento perfecto para silenciosa austeridad del Jisho-ô-ji. Durante vuestra visita no os olvidéis de contemplar la llamada “plataforma de observación de la luna”, un enorme cono de arena blanca.

Otro de los elementos principales del Ginkakuji es el llamado Hondo. El hall principal que aunque cerrado al público si permite que los curiosos admiren un conjunto de obras pictóricas situadas en las mismas puertas correderas.

Al lado del templo Ginkakuji se halla el Togudo, otra edificación que en este caso no ha sido consumida por las llamas ni derruida por los temblores. Tampoco se encuentra abierta al público.

Como llegar, horarios y precios

El templo Ginkakuji se incluye como parte de muchas rutas turísticas por el noreste de Kioto. El Camino del filósofo, imprescindible para disfrutar del hanami (花見 はなみ ) en época del sakura (桜 さくら), los templos de Eikando o Nanzenji, el santuario sintoísta de Heian y la visita al barrio de Gion.

Si no han cambiado los horarios desde la última vez que estuve, podréis visitar el Ginkakuji de 08.00 a 17.30 horas entre marzo y noviembre. De diciembre a febrero podréis acceder al recinto de 09.00 a 16.30 horas. En cuanto al precio, lo mismo, ronda los 500¥.

Llegar es relativamente sencillo. Podéis coger los autobuses n.º 5, 17 y/o 100 desde la estación de Kioto y bajar en la parada de nombre Ginkakuji.

Ya lo sabéis. Si pisáis Kioto durante vuestro viaje a Japón no podéis osar por alto el templo Ginkakuji. ¿Habéis estado?