
Top 3 templos imprescindibles de Kioto
Ocio -
Kioto es parada obligatoria para todos los turistas que visitan Japón por primera vez. En mi caso, siempre que regreso al país asiático intento pasar unos días en la antigua capital. Una ciudad que me acogió durante mi año de estudios y que considero mi segundo hogar.

Una localidad que, a día de hoy, sigue respirando historia, cultura y religión por sus cuatro puntos cardinales. En este artículo os presento los que para mí son los 3 templos imprescindibles de Kioto.
El Templo del Pabellón Dorado o Kinkakuji (金閣時期 きんかくじ)
Visita obligada, sin duda. Son difíciles de explicar las sensaciones y emociones que provoca en mí este templo budista o tera (寺 てら). Ya son 8 las veces que visito Kioto y no me canso de verlo.
Creo que fue ese día. Sí. Una mañana de diciembre cuando decidimos con una amiga hacer pellas, saltarnos la primera clase de japonés en la universidad para disfrutar de una estampa que nunca olvidaré.
Contemplar el Kinkakuji nevado, sus jardines y estanque emblanquecidos fue una experiencia difícil de olvidar. Además, como era de esperar, a las nueve de la mañana no había ni un alma así que la mística del lugar nos impactó de lleno.
He escrito bastante sobre este templo. Mi idea con este texto no es volver a repetir datos históricos, características arquitectónicas y anécdotas sino más bien expresar desde un punto de vista personal lo que significan. Por qué forma parte de mi lista de templos imprescindibles de Kioto.

El contraste entre el color dorado y el blanco nieve es fascinante
El Templo del Pabellón de Plata o Ginkakuji (銀閣寺 ぎんかくじ)
Si cogéis un mapa de Kioto observaréis que el Kinkakuji se encuentra ubicado al noroeste de la ciudad. el Ginkakuji, en cambio, se ubica en sentido contrario, al noreste. Concretamente en una de las laderas de la zona de Higashiyama, la más conocida de la ciudad por albergar gran cantidad de templos y santuarios.
Se accede al recinto del templo desde una cuesta donde encontramos todo tipo de tiendas de souvenirs y locales de comida tradicional. Disfrutad del trayecto ya que se trata de uno de los atractivos de la visita.
Personalmente, el pabellón, como estructura, no tiene nada de especial. Para los curiosos deciros que en ningún momento estuvo cubierto de láminas de plata y su nombre oficial es Jishô-ji. Creo que ni los propios kiotenses llaman así a este templo que cogió su apodo popular por las similitudes arquitectónicas que compartía con el Kinkakuji.
La razón de colocarlo en mi ranking de los templos imprescindibles de Kioto es por sus jardines. La gente que visita el Ginkakuji apenas hace caso al pabellón. Son pocos los que se paran a hacerse fotos o a contemplarlo. Lo verdaderamente fascinante es el contexto, el entorno que envuelve y abraza al Ginkauji.
Al lado del edificio observamos un espectacular jardín seco de arena blanca de nombre “Mar de arena plateada”. Protagonista, ahora sí, de los objetivos de las cámaras fotográficas. He de decir que la combinación entre la arena blanca y la austeridad silenciosa del Ginkakuji dotan al lugar de gran espiritualidad.
Si nos alejamos del Ginkakuji y de las onduladas olas de arena podemos seguir con el recorrido establecido (bien indicado por pequeños carteles de madera, todo hay que decirlo). Poco a poco nos adentramos en un precioso jardín de musgo que nos recuerda por momentos los preciosistas paisajes creados por Hayao Miyazaki y Studio Ghibli en sus películas.
Pequeños riachuelos, saltos de agua, piedras, puentes de madera y estanques repletos de vida conforman el entorno idóneo para que el tiempo se pare. La definición del estado zen bien podría ser quedarse quieto contemplando este espectáculo de la naturaleza.
Mientras caminas y subes poco a poco de altitud, a lo lejos, entre la frondosidad, puedes divisar la ciudad de Kioto. Un paisaje que queda inmortalizado en la memoria.

La naturaleza que abraza el Ginkakuji es de belleza indescriptible
El santuario de Fushimi-inari taisha (伏見稲荷大社 )
En este caso no hablamos de un templo si no de un santuario o jinja (神社 じんじゃ). Mientras que los templos son lugares de culto para los seguidores de la religión budista, los santuarios son considerados morada de las deidades del panteón sintoísta (religión animista autóctona del país asiático).
El Fushimi-Inari- taisha está dedicado al dios Inari. Situado a dos paradas en tren de Kioto, este es, quizás, el más famosos de los 32.000 santuarios que existen en Japón dedicados al dios de la fertilidad, el arroz y la agricultura entre otras cosas.
Los zorros blancos japoneses de nombre kitsune (狐, キツネ) son considerados los mensajeros del dios Inari en la tierra y por ello se les representa en todo tipo de efigies con un pergamino en la boca o entre sus patas.
El Fushimi-Inari taisha es conocido, también, como el santuario de los portones rojos o torii (鳥居 とりい). Seguro que sabéis de que hablo y es que el lugar ha aparecido en escenas de todo tipo de películas. A lo largo de sus más de 4km de recorrido podemos llegar a pasar por debajo de 10.000 de estos monumentos.
A los que visitéis el Fushimi-Inari taisha os recomiendo ir preparados. Calzado y ropa cómoda ya que la excursión requiere estar en buena forma física. A ver, no estamos hablando de subir una montaña pero si no estás acostumbrado a largas caminatas con desnivel es posible que rodillas y tobillos sufran un poco.
Durante el camino os encontraréis con pequeños altares representados por estas piezas clave de la arquitectura religiosa japonesa. Es más, podréis comprar réplicas de distintos tamaños por si queréis honrar a un ser querido o, simplemente, dejarlo allí como testimonio de vuestra visita.
El santuario se encuentra al lado de la estación de Fushimi Inari de la compañía de trenes privada Keihan y a tres minutos de la estación Inari de la línea JR Nara. Los fines de semana es muy común encontrarse en las calles aledañas con mercadillos tradicionales y puestecitos de comida callejera.
Este es para mí el top 3 de templos imprescindibles de Kioto. Es evidente, existen decenas, centenares de templos y santuarios en la ciudad y sus aledaños, pero estos son mis preferidos. Los que me cautivaron e impresionaron la primera vez que los visité y que os recomiendo ver sí o sí durante una visita a Kioto .
¿Cuáles son vuestros preferidos?