
Terremotos en Japón: un país de temblores
Historia -
Hablar de Japón es hacerlo de inclemencias meteorológicas. Terremotos, tifones, tsunamis e, incluso, volcanes en erupción. No en vano, geológicamente hablando, el país asiático se encuentra en la convergencia de distintas placas tectónicas de gran activad sísmica. Es el caso de la placa Filipina, Euroasiática, Pacífica o Norteamericana.

El archipiélago se ubica en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico y esto le convierte en un territorio proclive a los movimientos bruscos del subsuelo. Hoy hablamos de terremotos en Japón.
Terremotos en Japón: historia reciente
2011 fue un año fatídico para todos los japoneses. A las 2:46:23 hora local del viernes 11 de marzo se produjo el mayor de los terremotos en Japón y de la historia desde que se tienen datos. De 9.0 º en la escala de Richter tuvo su epicentro en el mar, a 130 kilómetros de la ciudad de Sendai, prefectura de Miyagi, cerca de la costa de Honshu. Los temblores pudieron sentirse a lo largo y ancho de toda la isla desde Tokio hasta Miyako, en la prefectura de Iwate.
Pero lo peor estaba por venir. Los terremotos en Japón con epicentro en el mar suelen ir acompañados de tsunamis. Esta no fue la excepción. Las olas se elevaron hasta los 38 metros, récord nacional, provocando la destrucción de pueblos y ciudades enteras. El desastre meteorológico provocó la muerte a más de 21.000 personas. Poco después, distintas fugas en los reactores de la central nuclear de Fukushima pondrían en jaque la seguridad nacional. A día de hoy pocos saben en qué situación se encuentra la instalación pero todo apunta que en el futuro muchos habitantes de la zona sufrirán enfermedades provocadas por materiales radioactivos.

El tsunami posterior al terremoto arrasó con pueblos y ciudades enteras
El terremoto de Kobe y el de Kantô
En 1995 el Gran terremoto de Hanshin o Terremoto de Kobe, ciudad portuaria cerca de Kioto, causó la muerte de unas 6.400 personas. En ese entonces la magnitud fue de 6,9º y provoco unas perdidas económicas por valor de 3 billones de yenes, un 2,5% del Producto Interior Bruto del país en aquel momento.
A principios de siglo XX, en 1923, otro de los terremotos en Japón causó estragos. El llamado terremoto de Kantô provocó la muerte y desaparición de alrededor de 140.000 personas. De magnitud 7,8º en la escala de Richter destruyó la ciudad de Yokohama y gran parte de las prefecturas vecinas como Chiba, Shizuoka, Kanazawa y Tokio.
Históricamente, la llanura de Kantô ha sido una zona azotada por los terremotos en Japón. A lo largo de la historia contemporánea del país asiático la región de Tokio-Yokohama ha sufrido importantes seísmos más o menos cada 70 años.
La actividad volcánica y el movimiento de las placa tectónicas provocan alrededor de 2.000 terremotos en Japón cada año. La mayoría de ellos simplemente son «percibidos», sin apenas causar daños materiales, gracias a las medidas anti-sísmicas que se aplican en la construcción de edificios y viviendas por parte del Gobierno japonés.
Bonus track: volcanes japoneses
Los terremotos en Japón pueden producirse en el mar y como consecuencia ocasionar tsunamis, o tener el epicentro en tierra y causar la erupción de alguno de los muchos volcanes repartidos por la geografía nipona. Los más activos se encuentran en la isla meridional de Kyûshû siendo Aso, Unzen y Sakurajima los más proclive a expulsar magma y cenizas. La presencia de aguas termales, géiseres y emanaciones sulfurosas en la falda de las montañas de dichos cráteres desmienten su letargo. Es más, a principios de año murió una persona a causa de la erupción del monte Shirone, cerca de las inmediaciones de la ciudad de Kusatsu, en la prefectura de Shiga.
El Monte Fuji, montaña más alta de Japón con 3.776 metros de altura y símbolo nacional, es también un volcán dormido. Su última erupción fecha de 1707 provocado por el gran terremoto de Hôei. Cenizas y lava expulsadas por sus laderas terminaron con la destrucción de la ciudad de Osaka.