Ver másVolver al blog

¿Sabías que hoy en día una de las bebidas favoritas de los japoneses es el vino español?

Cada país tiene unas condiciones específicas que lo define a nivel cultural: una comida típica, ciertas celebraciones, las bebidas, entre otros. Hoy veremos que aunque Japón ha tenido muy arraigada sus condiciones particulares, cada vez más prefiere el consumo de vino español.

La cultura japonesa tiene numerosos elementos distintivos que ha logrado concretar a través de su larga historia. Dentro de ellos destaca, por ejemplo, la vestimenta, donde el kimono para las mujeres está incluido dentro de sus armarios de forma casi obligatoria.

Asimismo, se hace presente en los alimentos y bebidas, donde el arroz es uno de los principales protagonistas. Pero valga destacar que en materia de bebidas no se quedan atrás, pues hasta en la fabricación de su bebida alcohólica originaria, conocida como el Sake, tienen su cuota de protagonismo.

Esta bebida está hecha a base de arroz y es autóctona de la región, incluso sirviendo como única versión en el país hasta que se inició la introducción de elementos más occidentales que se presentan en materia de cervezas y vinos españoles, por ejemplo.

Debido a la buena cantidad de tierras que existen para la siembra de vid en España, sumado al proceso productivo de los vinos, éstos suelen tener muy alta calidad y eso se ve reflejado en el buen gusto y el aroma que son capaces de desprender.

Además de eso, existe mucha variedad en la presentación, encontrándose vinos rosados, blancos, tintos, etc…, que se hacen aptos para cubrir las necesidades de cada momento en que haga falta y eso es algo a lo que los japoneses le dan mucho valor.

Uno de los que destaca en esta materia es el vino tinto Gran Reserva de La Rioja. Éste ha sido fabricado con 24 meses de crianza, utilizando para ello barriles específicos hechos de roble francés. Sin embargo, después de este período, pasa 36 meses más de permanencia que ayuda a que el sabor se concentre aún más, colocando en el mercado una bebida de muy alta calidad.

Imagen cosecha de la uva
Racimos de uva preparados para la cosecha

Crecimiento en la importación del vino español

Las estadísticas han notado que desde los años 70 el consumo de vino en la población japonesa está aumentado exponencialmente, haciéndose hoy aún más evidente. La razón de esto es clara, la producción de vino japonés de calidad es muy baja y muchas de las marcas que son posibles de conseguirse en el mercado, trabajan con un vino que importan a granel.

Otro dato que ha hecho que estos números se disparen a cifras tan llamativas, es por motivo de la reducción en el precio que ha sufrido la botella de vino en el país nipón y, sobre todo, al establecerse la comparación entre vinos que son llevados desde Estados Unidos, donde por alguna razón específica, los costes son mucho más elevados.

Ahora bien, en torno a las preferencias en torno al tipo de vino, se tiene constancia de que los vinos tranquilos son los más cotizados y de hecho los más baratos, representando alrededor del 70% de la importación española, mientras que los espumosos y los generosos se distribuyen en lo restante.

Siguiendo con los hechos curiosos en esta materia, se destaca que las principales consumidoras de este vino español son las mujeres que se encuentran en el segmento de 30 a 50 años, encontrando en esta bebida un complemento perfecto para consumir de forma cotidiana o esporádica.

Aunque se espera que esta tendencia siga en alza, es un hecho que la comunidad japonesa se encuentra realizando importantes adaptaciones a su forma de vida, para abrirle paso a todas estas nuevas formas de consumo de productos importados.

Los japoneses y los occidentales

No es raro pensar que los japoneses tengan dificultad para incluirse dentro de las comunidades occidentales, pues su forma de vivir y ver las cosas alrededor, incluso de guiar sus leyes y la vida en sociedad, es bastante diferente a lo que observan en el otro lado del mundo.

Uno de los choques que se evidencian con mayor fuerza a la hora de estar involucrados dentro del mundo de los occidentales, es por la gran facilidad con que ejercemos el contacto físico. Digamos que para nosotros es muy común darnos la mano o un abrazo con seres queridos, incluso con aquellos que llevamos mucho tiempo sin ver, pero para ellos, el contacto físico no es tan común.

Caso similar aplica para los momentos de silencio. Es un hecho que los japoneses suelen guardar largos episodios de silencio por distintos motivos y los occidentales no estamos acostumbrados a eso, conversamos mientras vamos en el bus, en el cajero, etc…, para ellos parece esto demasiado.

Pero, en específico con los españoles, el asunto se orienta a puntos que más bien tienen que ver con nuestras costumbres, como la de la hora de la comida. Los japoneses están muy acostumbrados a que su hora de la comida es a las 12 del mediodía, mientras para nosotros lo más normal es tomarla entre las 2 y 4 de la tarde.

Sin embargo, vale mucho la pena referir que además de quedar fascinados con nuestras versiones de vinos, ocurre un tema semejante con otros productos como el jamón y el atún de almadraba. En el caso del jamón, éste se ha presentado incluso dentro de un plato especial que se compone de jamón, salsa y huevo, el cual representa una exquisitez en esta tierra.

Para lo que se refiere al atún de almadraba, éste es un tema que nos debería de llenar de orgullo, pues es un hecho que se concibe como una de las carnes de pescado más sublimes que existen en todo el mundo, tanto así que es altamente valorada en Japón, siendo el lugar donde el precio ha alcanzado el límite más elevado.

La facilidad que existe hoy para que los países de todo el mundo se conozcan, comuniquen y establezcan intercambios comerciales, ha hecho que nuestras culturas reciban una cierta masificación, donde ya es común que unos sean incluidos dentro de la cotidianidad de otros, sin inconvenientes.

Además, el vínculo entre los españoles y los japoneses parece hacerse cada vez más estrecho, por lo que no es de extrañar, que aún otros productos de alto valor de nuestra tierra empiecen a formar parte de sus mesas antes de lo esperado, dándonos así mayor representatividad en un mercado que por tiempos se ha visto como muy complejo para incursionar.