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Conociendo el whisky japonés

Sin duda no es uno de los productos más representativos de la cultura japonesa. Si hablamos de bebidas alcohólicas el whisky japonés seguramente no entraría en las quinielas de los licores más famosos del país asiático.

Aun así, la historia del whisky japonés es bien conocida por muchos resultando familiar gracias al éxito de una aclamada serie de televisión.

La historia del whisky japonés 

Fue Masataka Taketsuro (1894-1979) el personaje clave en toda esta historia. En el año 1918 se traslado a Glasgow para estudiar química y aprender de los maestros en el arte de la destilería. A su regreso a Japón, Taketsuru y su mujer escocesa, Rita,  iniciaron la producción de whisky en la que a día de hoy es la empresa de bebidas alcohólicas más famosa del país, Suntory. Al tiempo decidió crear su propia compañía, Nikka, donde pudo aplicar todas las técnicas que años atrás había aprendido en el Reino Unido.

En la actualidad, la localidad de Yamazaki, cerca de Kioto, cuenta con una de las destilerías de Suntory. Lugar escogido de forma estratégica por la calidad del agua. Al igual que con cualquier otra actividad que produzca rédito económico, los japoneses se dejan el alma en el proceso de elaboración del whisky. La atención inmaculada por los detalles y el cuidado de las barricas hasta la extenuación son un ejemplo del porqué actualmente el whisky japonés es uno de los más reconocidos del mundo. 

La paciencia como virtud

Desde buen principio los productores de whisky japonés sabían que intentaban hacer un producto complejo. Respetaron las tradiciones y procedimientos de los profesionales escoceses y se armaron de paciencia. Sin tomar atajos y a la vanguardia tecnológica para crear uno de los brebajes de mayor calidad.

No solo respetaron la tradición si no que hicieron lo propio con el consumidor. Las bebidas de alta gradación alcohólica no eran habituales entre los japoneses y fue difícil que se acostumbraran al whisky. Durante la posguerra la calidad de muchos licores se desplomó, momento que aprovecharon los productores para introducir el whisky en la sociedad. Su popularidad creció a la par que lo hacía la economía nipona de los años 60 y 70.

Volver a las raíces para asegurar el futuro

El crecimiento de Japón como potencia mundial ha ido a la par del éxito del whisky. La calidad del licor y el talante de los productores vislumbran, paradójicamente, un futuro incierto para el producto. Es necesario volver a las raíces, a los inicios de la producción del whisky japonés para garantizar su porvenir. Después del reconocimiento internacional del whisky Hibiki de Suntory se agotaron las existencias provocando que la empresa empezara a distribuir botellas más pequeñas en una estrategia comercial muy criticada.

Ahora mismo los productores de whisky japonés luchan para mantener la buena calidad del producto a la vez que promocionan sus marcas. Seguro que con la mentalidad y el saber hacer conseguirán perpetuar el whisky japonés.